53. Serena ha desaparecido
Tal vez sus repetidas desobediencias a las órdenes de Héctor fueron consideradas motivo de castigo. Quizás ya habían decidido deshacerse de ella.
Aun con todas sus dudas, trató de convencerse de que todo era un malentendido. Guardaba la esperanza de que, en cualquier momento, Héctor, Matías, Arturo o André llegarían a caballo a rescatarla. Pero con cada kilómetro que avanzaban, esa esperanza se desvanecía. Cada paso alejaba más la ilusión de que la estaban buscando. Ni siquiera podía estar segura de que alguien supiera que había desaparecido.
En un momento de valor, cuando uno de los tratantes se acercó, Serena le preguntó:
—¿Quién me vendió?
Para su sorpresa, el hombre respondió sin rodeos:
—La propia reina. Dijo que te quería fuera de ahí. En realidad, prácticamente te regaló.
Aquellas palabras fueron como una puñalada. Aunque pensaba que André no la había traicionado, ahora descubría que fue su propia madre quien la había desechado.
Su corazón se quebró. Justo cuando comenzaba a cre