— ¿Cómo una persona cambia tanto con uno de la noche en la mañana?, ¿Por qué permitió que llegáramos a este punto?, ¿Por qué no dijo que no de una vez?, yo simplemente me hubiera apartado y ya. Su mirada me fue impactante y fue una combinación de tranquilidad, enojo y tristeza al mismo tiempo. Me quedó con esas incógnitas y no quiero preguntar por qué sus palabras si me duelen y temo que me dé respuestas que me rompan más mi corazón —
Cris se me quedó mirando y sé que presto atención a todo mi comentario, saque dos vasos y serví el té.
Él tomo los vasos y nos acomodamos en los sillones de visitas.
— Espera que el tiempo se encargue de sanar tus heridas y deja que las respuestas vengan conforme se de la oportunidad —
— Supongo que es lo único que puedo esperar —
Tomé un sorbo del té y me sentí aliviada de confesar mis pensamientos.
— De verdad que tus manos son sagradas y hasta el té es delicioso —
— Ja, ja, ja, me alegra mucho que estés satisfecho con mi trabajo —
— Me gusta mucho, ah