Narrador omnisciente
Alma levanta su mirada temerosa ante la mirada fría y llena de ira de Anthony. Quién diría que volvería a verlo y justo en ese lugar y menos que Alana lo reconociera, logra ver solo su ancha espalda cuando sale del restaurante. La mano de Anthony, se posa en su muslo con fuerza y la hace chillar.
—Dile a Alana que hable — ordena entre dientes.
—Anthony...
—No digas nada. En la casa hablamos — el nombrado se levanta de manera brusca.
Alma carga a su hija en brazos y camina rápido detrás de Anthony que sale echando humo.
—Mami, lo siento — susurra la pequeña, mientras solloza en mi cuello de su madre —. Tranquila, cielo…, todo estará bien.
Alma trata de calmarla, pero sabe que nada está bien. Suben al coche y Anthony conduce a toda velocidad.
—¡Eres tan zorra, Alma! ¡Me estás viendo la cara! — escupe lleno de celos.
—Yo... no... Estoy haciendo nada…, Anthony. Alana, solo se confundió — la voz de Alma tiembla.
—¡Tú, Nunca has sabido mentir!— pega un fuerte golpe al