Platicamos con Babs y Charles acerca de los posibles riesgos que correríamos, así que ellos nos dieron el valor y fuerza que nos faltaba.
La mañana llegó y con ella, como era de esperarse, la señora Costello.
Babs se quedó con Jessi en su habitación, y nosotros le hicimos frente a la mujer quien miró despectivamente el lugar, dando el claro mensaje que era un lugar que arruinaba su glamour y su imagen.
―Sabía que ibas a llegar a esto, Neal ―dijo parándose justo frente a nosotros.
―No voy a regresar ―avisó Neal imponiéndose antes su madre.
―Eso lo veremos ―dijo ella mirándome con odio―. Creí que teníamos un acuerdo. No, espera. No lo creí. Lo firmaste de hecho y eso te trae consecuencias, ¿tienes idea de lo que firmaste?
―Sí, señora. Pero no puede hacer nada ahora.
―No estaría tan segura, muchacha.