Dejo mi cuello para besarme, luego me cargo en sus brazos y quiso llevarme con el. Me repetía mentalmente "grita, vamos grita, tienes que gritar" pero mi cuerpo seguía sin reaccionar y no sentí miedo, no quería que me llevara con él.
"Estamos conectados", recordé las palabras de Alejandro y lo llamé en mi mente, no se porque lo hice pero pensé que el podría ayudarme en esa situación.
Así fue. Mi ventana se abrió de golpe y Alejandro se metió en mi habitación, el intruso me soltó y volví a recuperar la movilidad. Ellos comenzaron a pelear entre ellos y aproveché para escapar.
Golpee el cuarto de mis padres pero ellos no me escucharon. Regrese a mi habitación y ellos y la rosa habían desaparecido.
Alejandro reapareció junto a mi cama y juro defenderme de cualquier peligro que pudiera afectarme.
-Ya no tienes que preocuparte, me encargue de ese imbecil.
-¿Quien era el?
-Es una larga historia, seguramente piensa regresar pero c