-Buenos días, teniente- suspiró Yumi mientras se frotaba los ojos y miraba el torbellino gris opaco de las nubes sobre ella.
-Buenos días- Ax murmuró a medias mientras se estiraba y le sonaba el hombro con un resonante chasquido. Quitándose el apretado chaleco y la camisa negra, se trasladó a la corriente clara cerca del campamento mientras intentaba despertarse un poco. Se arrodilló al lado del agua que fluía y sumergió sus dedos antes de salpicarlo en su cara y a través de su desordenado cabello.
Yumi descansaba sobre la suave hierba a unos metros de él y observaba sus simples abluciones.
-¿Hace frío?
-No, en realidad hace calor- Ax dejó caer las manos en el agua reflectante y hundió los dedos en la arena de limo debajo. Luego s