Brianna
Toco a su puerta para saber si ya está listo, pero no contesta y eso me irrita. Cada día luego de ese accidente se ha comportado de la misma manera; irritante, molesto, gruñón, patán y odioso. Creo que me faltan algunos insultos más para mi flamante ex-esposo. Detesto que se comporte de esa manera tan infantil, siempre con lástima hacia sí mismo y encerrado en ese mundo tan oscuro.
—Dante, ábreme, por favor —le ruego.
Y como era de esperarse, no recibo respuesta alguna. No le he visto en toda la semana y, a estas alturas, me provoca golpearlo para que entre en razón y deje de compadecerse.
—Estoy aquí —lo escucho y miro al final del pasillo.
—Creí que no estabas listo.
—¿Para ir a que me juzguen por asesinato? Por supuesto que estoy listo.
—No mataste a nadie, ya basta de eso &md