Ryan se dio vuelta para mirar a Marcus con una expresión de fastidio. "¡Cállate! Estoy tratando de hablar con mi empleada".

Después de eso, sin saber la sincera admiración de la recepcionista, cambió inmediatamente su tono y dijo: "Chica, déjame decirte esto. Si vuelves a pensar en esas tonterías en el trabajo, ¡te despediré! A partir de ahora, haz bien tu trabajo. No te llenes la cabeza de romances y esas cosas".

La recepcionista respondió obedientemente: "Sí, Director Poole".

Cuando vio que Ryan colgaba el teléfono, Marcus empezó a preguntarle de nuevo: "¿Seguirás compitiendo con tu Tío Sebastian?".

El nervioso Ryan respondió: "¡Largo de aquí!".

"¡Este es mi coche!", replicó Marcus.

El hecho de que tuviera razón dejó a Ryan sin palabras.

Tras unos segundos, declaró con los dientes apretados: "¡Yo, el Joven Amo de la familia Poole, me sentaré de mala gana en tu coche!".

Aunque Marcus no sabía cómo reaccionar, los dos decidieron no sacar a relucir nada más relacionado c