Por Franco

Volvimos a hacerlo, estuvimos más cómodos.

Lo seguí haciendo con cuidado, creo que un poco más le puede doler, aunque sea más suave el dolor.

Evidentemente las vírgenes no son lo mío.

No recuerdo haber estado con alguna chica virgen y si lo hice debía tener 15 o 16 años, ni recuerdo el trato hacía ella.

Con Ornella todo es diferente.

Siento una adoración por ella que no puedo explicar.

Siempre sentí esa adoración pero sin connotaciones sexuales.

Hacía rato que me excitaba, el día que no aguanté más y la apoyé, cuando estábamos en mi oficina, se disparó todo.

Le besé la espalda y llegué a su cola, tenía ganas de enterrarle mi miembro, pero para eso tengo que esperar.

Estoy desesperado por hacerle mil cosas.

Bajé con mi lengua hasta llegar a su vagina, pero al pasar por su cola me entretuve un ratito, no la quiero asustar.

La giré y me zambullí en su botoncito, mientras le metía dos dedos, más profundamente que aquella primera vez cuando no sabía si era virgen porque le había