Narrador.
En cambio, Milena que llevaba casi una hora esperando por Aslan, empezó a mostrarse hastiada, no se le daba bien la espera y los bufidos que soltaba empezaron a hacerse más sonoros hasta que decidió levantarse del sillón y fue hacia el escritorio de la asistente.
—¡¿Será que me estás vien