-¡Leonidas! ¡Apurate que vas a llegar tarde otra vez al colegio!- Gritó Selene desde la cocina.
Su hijo de diez años corrió escaleras abajo, con su cabello castaño alborotado y aun con su pijama de superhéroes puesto.
-¡Cariño! ¿Por qué no tienes puesto el uniforme?
El niño comenzó a devorar su desayuno- Porque no quiero ir al colegio- dijo con la boca llena.
-Otra vez con eso- exclamó agotada de los caprichos de su único hijo.
-Yo me encargo Sele, el pequeño demonio va a tener que hacerme caso- exclamó Agatha mientras le acercaba una taza de café a su jefa. Desde que se había casado con Dionisio, su mejor amiga se había convertido en su ama de llaves y su confidente.
-Te lo agradezco- suspiró cansada, tomando un sorbo del café amargo- Sino, voy a llegar tarde a la clase de pilates.
-No te preocupes, para eso estoy- dijo guiñandole el ojo- ¡Vamos Leo! ¡A prepararse!
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Clases de pilates a primera hora de la mañana, luego depilación, luego una hora en el gimnasio, luego peluquer