Capítulo 10

Asentí, tomé las llaves de mi carro y nos fuimos a una pequeña cafetería que ofrece desayunos buffet, estaba relativamente cerca de mi apartamento.

_ Demonios _ dijo Luca _ mi celular está descargado, ¿Tienes algún cargador portátil?

_ Lo siento pero no, cuando llegues a mi apartamento puedes cargarlo, ahora deja eso de lado y vamos a comer.

Nosotros desayunamos mientras conversábamos sobre nuestros trabajos, Luca amaba la medicina, era algo que se notaba.

_ ¿Nos vamos? Así cargas tu celular y mientras tanto vemos que hacer.

Luca estuvo de acuerdo, llegamos a mi apartamento y comenzó a cargar su celular, mis brazos se fueron a su cuello y lo besé mientras me encontraba de puntillas.

_ ¿Qué quieres hacer? _ él me miró con los ojos oscuros por el deseo _ ¿Vamos a tu cuarto?

_ Por más que lo desee, quiero conocerte un poco más, no solamente desvestirte.

_ Muy bien _ él se apartó un poco _ ¿Qué quieres saber?

_ Háblame de tú familia, conozco a tu hermano y a tu cuñada pero desconozco completamente a tus padres.

_ No hay mucho que decir de mis padres, papá se dedicó a los negocios y mamá fue una ama de casa abnegada.

_ ¿En serio? Por un momento pensé que alguno de tus padres era médico y por eso ustedes estudiaron medicina.

_ De hecho no, un tío por parte de papá fue quien nos heredó el amor por la medicina, Henry fue el primero en salir, luego de un año lo hice yo.

_ Tu hermano es completamente diferente a ti, son como el agua y el aceite.

_ Si _ él sonrió _ aunque no lo creas, Henry es buena persona, solo que tienes que cavar muy en el fondo.

_ ¿Cómo fue que él conoció a Aisha?

_ Fue pura casualidad, la mamá de Aisha le vendió el apartamento donde Henry vive, el día que se cerró el trato, ella se presentó en el sitio para dejarle su almuerzo _ Luca sonrió feliz _ a partir de ese momento fue que ellos se empezaron a frecuentar y con el tiempo terminaron teniendo una relación.

_ Oh, ya veo, bien, ¿Quieres saber algo de mí?

_ De hecho no, ya te conozco desde hace algún tiempo y me gusta lo que veo, ¿Hacemos algo más?

Nos sentamos en el sofá, Luca después de un rato se levantó para encender su celular, mientras esperaba que entraran las notificaciones, me puse detrás de él y me recosté a su espalda, unos mechones rebeldes de su cabello se deslizaban por mi rostro.

_ Deja eso y ven aquí _ le quité el celular y lo puse frente a mí _ te quiero mucho Luca.

Mis dedos acariciaron su barba, cerró los ojos ante mi contacto y me puse de puntillas para besarlo, sus brazos se fueron a mi cintura y me levantó sin ninguna dificultad, enrosqué mis piernas a su cuerpo y lo seguí besando.

Escuchamos que su celular comenzó a sonar, él se iba a ir para atender sin embargo lo detuve, ya luego podría atender cualquier otra cosa, a pesar de eso no quiso prestarme atención.

_ Demonios _ dijo Luca _ tenía que haber tomado esta llamada.

_ ¿Qué sucede? ¿Acaso es del hospital?

_ No, es más importante, se trata de Aisha, tengo diez llamadas perdidas de ella, todo por haber estado contigo fue que no tomé ni una sola llamada, ¿Qué le habrá pasado?

_ Llámala para ver qué sucede _ dije sarcásticamente _ a lo mejor necesita que le sacudas los mocos.

Luca llamó ignorando mi tono sarcástico, aunque no estaba en altavoz podía escucharla, el celular de este hombre es lo suficientemente alto para oír cualquier conversación.

_ ¿Qué sucede, Aisha? ¿Te pasó algo?

_ De hecho no, solamente te llamaba para decirte que ya estoy mejor, también quería saber dónde era que ordenaban esa sopa de pollo que es tan buena pero ya no es necesario que lo digas, Henry vino a verme y pidió comida.

_ Oh _ dijo triste _ ¿Qué comiste?

_ Sopa de pollo, pero no es tan buena como la que tú ordenas, aunque Henry fue muy cariñoso, adiós Luca, iré a ducharme.

Aisha colgó, el semblante de Luca cambió drásticamente, se miraba triste por lo que su cuñada le había dicho, suspiré pesadamente y traté de ocultar mi enfado pero no tuve éxito.

_ Creo que mejor me voy _ él tomó sus cosas _ muchas gracias por todo Iris, estamos en contacto.

_ ¿Es en serio? Por Dios santo Luca, ya perdí la cuenta de las veces que me dejaste botada por causa de Aisha, siento que estoy en una relación de tres personas y no de dos, te juro que trate de ser paciente pero hasta aquí.

_ Iris _ él me miró sorprendido _ ¿Qué te pasa?

_ Eso es lo que yo tengo que preguntarte, Aisha dice perro y tú ladras, es demasiado cansado estar en competencia con tu cuñada _ recalqué la última palabra _ apenas hace unas horas tuvimos sexo, vienes y me dices que por estar conmigo no respondiste las diez llamadas de esa mujer, ¿Cómo demonios quieres que me sienta? Disculpa si no tengo el espíritu de abnegación a flor de piel sin embargo no voy a hacerme de oídos sordos y boca muda solamente porque el señor quiere.

_ Iris, te recuerdo que no estamos en una relación formal, apenas nos estamos conociendo.

_ Es cierto que no estamos en una relación formal y a como veo va a ser algo imposible si tú sigues corriendo al lado de Aisha cada vez que ella te llama, ¿Qué necesidad había en llamarte diez veces? Puedo justificar que pasó algo con tus padres o tu hermano sin embargo no fue así, te llamó solamente para pedirte sopa de pollo, ¿Acaso aparte de doctor eres repartidor? Si es así déjame ofrecerte una disculpa, pero si no es así, te puedes ir al demonio junto con esa fisioterapeuta que ni para eso sirve.

_ No voy a discutir contigo, para una pelea se necesitan dos _ él se detuvo _ por cierto ten.

Él me dió una pastilla, yo la tomé con duda, cuando me pidió que simplemente la tomará hice caso, a pesar de todo sigo confiando en Luca y sé que no me daría algo que me pudiese hacer algún daño.

_ ¿Qué es eso? Al menos dime que demonios me acabas de dar.

_ Es un anticonceptivo, en estos momentos no me miró teniendo hijos, más vale prevenir que lamentar…

Luca se fue antes de que pudiera mandarlo al demonio, un coraje se apoderó de mí así que decidí ir al gimnasio, desde hace mucho tiempo no iba, ahí podría desahogar todo lo que siento en estos momentos.

Al entrar al gimnasio me fui directamente al área de boxeo, me puse delante del saco de box y empecé a dejar ir varios puñetazos seguidos de patadas, el sudor se deslizaba por mi frente, pero eso no era lo único, también había lágrimas mezcladas, pensé por un momento que era dolor sin embargo después de analizar mis sentimientos pude darme cuenta que era rabia.

Me recosté al saco de boxeo, respire profundamente mientras jadeaba cansada, me sentía mejor por suerte, tomé mis cosas y me fui al apartamento, una vez en el edificio fui donde vivía, iba entrando cuando un mareo llegó a mi, pude sentir que me dirigía al suelo pero alguien me sujeto de la cintura.

_ ¿Se encuentra bien, señorita Montalvo?

Mehmed me sujetaba de manera firme, sus ojos denotaban preocupación, puse mi mano en su brazo y me estabilice.

_ Si, solamente fue un mareo, ya estoy bien _ me aparté de él _ pero, ¿Qué haces aquí?

_ Solamente estaba de paso, iba a mi hotel.

_ Oh, ya veo, puedes irte si deseas, ya me encuentro bien.

_ No deseo irme, quiero asegurarme de que no se vaya a desmayar mientras esté sola.

Me sorprendió escucharlo, juraría que está preocupado por mi. Ambos entramos al apartamento, subí a mi cuarto y me duché, al salir usé shorts de vestir y una camiseta de tirantes…

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