Serenity se burlaba en su corazón: lo que se sembraba, se cosechaba.

Los abuelos tenían que pagar las consecuencias.

—No importa cuáles sean sus intenciones, te acompañaremos. Si peleáis, tendrás ayudantes.

Dijo abuela, insistiendo en acompañar a Serenity.

Serenity quería decir que también era buena en pelear, pero cuando pensó que esos parientes groseros se reunían en su tienda, no podía pelear sola, así que no impidió que abuela la acompañara allí.

Ella escuchó de su hermana que abuela era increíble.

Ellos terminaron los fideos, Serenity quiso limpiar los platos, pero Abuela miró a Zachary. Él se levantó en silencio, tomó los platos de las manos de Serenity y los llevó a la cocina para lavarlos.

—Seren, no mimes demasiado a Zack.

Le dijo abuela a Serenity:

—Tienes que pedirle que te ayude con algunas tareas domésticas. Sois pareja, vuestra vida depende de ambos manejarla juntos. Él está cansado después del trabajo, pero también trabajas para ganar la vida. ¿No estás cansada?

—Déjalo