Si iba a ganar dinero, no tendría tiempo para acompañar él.
Liberty aspiró su nariz y no miró atrás, conduciendo su bicicleta lo más rápido que podía sin piedad.
No pasaría nada si no oía los gritos de mi hijo.
Serenity llevó a Sonny en el coche y lo consoló con Cecilia durante un rato antes de que el pequeño dejara de llorar.
Pero el pequeño se negó a sentarse solo, se acurrucó en los brazos de Serenity, con ambas manos aún aferradas a ella, y preguntó con voz resignada: -...... ¿No quiere a Sonny?
Hablaba tan indistintamente que al principio Serenity no oyó lo que decía el pequeño.
Apartó suavemente al pequeño, bajó la mirada y preguntó en voz suave: -Sonny, ¿qué has dicho?
Sonny levantó la cabeza, miró a Serenity preguntando: -¿Mamá ya no quiere a Sonny?
-¿Quién ha dicho eso? Mamá acaba de irse a trabajar, no es que ya no quiera a Sonny, vuelve todas las noches para quedarse contigo.
Sonny dijo agraviadamente: -Papá me lo dijo.
Serenity quería insultar.
Hank Brown, ese cabrón, no q