Sandra nunca hubiera imaginado que, incluso después de décadas, la verdad saldría a la luz algún día.
No podía creer que sus dos sobrinas, a pesar de estar separadas de la familia Fisher, pudieran llevar una buena vida gracias a sus propias capacidades.
Se habían relacionado con familias ricas y poderosas, y ahora contaban con un respaldo aún más poderoso.
Eran muy afortunadas.
—Señora, ¿qué la trae por aquí?
Clive preguntó mientras Sandra permanecía en silencio.
Sandra vio la mirada llena de ira de Liberty y pensó que se parecía mucho a Valencia.
Sandra vivía toda su vida a la sombra de Valencia.
—Liberty, si te digo que voy a matarte, ¿tienes miedo?
Un destello imperceptible brilló en los ojos de Liberty, que respondió con sinceridad, —Por supuesto que sí, ¿quién no le teme a la muerte? ¿Acaso usted no?
—Sin embargo, sé que no le gusta hacer negocios que le salgan perdiendo. Si me mata ahora, teme que mis familias maten a las personas que le importan. Por eso, creo que usted quiere m