—Chloe, ¿estás libre? —preguntó Liberty.
Chloe respondió, —Si me necesitas para algo, entonces estoy libre.
—Que nos encontremos. El lugar lo decides tú.
—Okay. ¿Pero qué ha pasado? —aceptó y preguntó Chloe.
—Es que estuve a punto de ser golpeada por dos coches delante del Hotel Viva. Las dos mujeres que conducían dijeron que eran novatas y que, al ver tanta gente, se pusieron nerviosas y confundieron el acelerador con el freno. Pero yo siempre tuve la sensación de que no fue un accidente simple.
Chloe comprendió y preguntó, —¿Sospechas que mi madre organizó que alguien te atropellara con el coche? Pero últimamente no ha estado en la Ciudad Río, no creo que sea ella.
Chloe sabía que su madre no era una buena persona, pero tampoco quería que ella hiciera algo así.
Liberty dijo, —Tampoco creo que sea ella. Tu madre es una persona inteligente, aunque realmente quisiera acabar conmigo, no utilizaría una estratagema tan barata como para que yo lo reconociera en seguida.
La última vez, cuand