Capítulo 800
Daniel se quedó de piedra, y le cambió la cara.

¿Medir la longitud de la entrepierna?

Sí, antes, cuando esos diseñadores de marca venían a casa para hacerle un traje a medida, también le medían todo el cuerpo, y la talla quedaba perfecta.

Pero esos diseñadores eran todos hombres.

Ahora le tocaba a Soledad medirlo...

A Daniel le dio un vuelco el corazón y levantó los ojos para mirarla fijamente:

—¿Es así como mediste a los otros clientes también?

Soledad se quedó sin palabras.

—¡¿Y has medido la entrepierna de otros hombres?!

El grito de Daniel casi levantó el techo de la habitación.

Soledad abrió los ojos despacio, intentando con todas sus fuerzas tensar apenas las comisuras de los labios y esbozar una sonrisa.

—No...

Daniel se quedó helado.

—Unlce, no lo hago—Soledad explicó en voz baja—. Yo... yo ahora sólo soy una jornalera subalterna, sólo hago bordados y costura, no tomo medidas a los clientes...

—Tú, tú eres el primero.

Oírla decir eso hizo que Daniel se sintiera más cómodo.

Resu
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