—Si esta es tu idea, padre, a cambio de la herencia de la familia Hernández... —las palabras de Lucas se quedaron en sus labios, detenidas.
Estaba a punto de desvelar su pensamiento interior, pero Isabel no podía soportarlo más, se adelantó apresuradamente para cubrirle la boca a Lucas.
—¡Ya está, no digas más!
Isabel conocía muy bien el temperamento de Hugo. Una vez que decía algo, no había vuelta atrás.
A pesar de que Lucas había tomado control sobre gran parte del poder en el Grupo Hernández, si se pusieran a luchar por ello, las posibilidades de Lucas de ganar definitivamente no superarían el cincuenta por ciento.
Además, a los ojos de Isabel, poner fin a la relación entre Lucas y Ana no tenía inconvenientes, solo beneficios. Naturalmente, no permitiría que él cometiera tal torpeza.
—Lucas ya estaba herido desde antes, lo llevaré a que lo curen un poco. Ustedes pueden continuar la discusión, regresaremos en breve.
Isabel tiró de Lucas, preparándose para irse, pero Lucas se quedó