Naty está dándole el pecho a su bebé hasta que por fin se calma, pero ella se sujeta tan fuerte a su madre demostrándole quizás que la extraña, que tenía miedo o simplemente cuánto la ama.
Se queda dormida y Naty la sostiene en sus brazos, no quiere soltarla.
Entran Gustavo y Agustín.
Gustavo se acerca y la abraza fuerte.
— Que valiente y cabezota que sos, porque no nos llamaste, te podíamos haber ayudado, sin que te expongas mi amor y le besa la cabeza.
— Es que me dijo que si abría la boca la mataba y mientras Naty lo relata, caían lágrimas de sus ojos.
— Escucha Naty esperemos que nunca más pase algo así, pero siempre hay que dar aviso a la policía así no vas sola, si no hubiera sido por el chófer de Uber que dio aviso a la policía y la madre de German que fue a buscar a Lorena, las hubiera matado a las dos, como te defendías, le dice Agustín.
Ahora ya pasó y por suerte están bien.
— Si Naty debiste llamarme, le reclama German y no hubieras recibido esos golpes mi amor.
— Pero mira