—¿Tú y yo? — Le pregunta aguantando el dolor de cabeza él solo asiente.
— A ok — Suspira — Eh no me acuerdo de mucho.
— ¿No querías? — La mira.
— No pienses eso es que aún me duele la cabeza.
— Vamos a casa ¿Sí?
Es algo muy raro que ella no recuerde nada tan solo guardaron silencio en este tiempo.
— Me voy a bañar— Dice Kimberly.
— ¿Te ayudo? — Sonríe.
— Que zarpado —Le devuelve la sonrisa — Eh hazle la comida a Matías que Jesús lo trae.
— ¿Es un no?
— Es un después cuando el nene esté dormido.
— Me lo tomo en serio, lo dijiste y no puedes volver atrás eh. — Va a la cocina.
Kimberly se va a duchar y tocan la puerta y Bruno se encargará de abrir.
— Papi —Le alza los brazos.
— Hola, hermano ¿Cómo estás?
—Lo toma y besa su mejilla. — Hola, bien ¿Tú? —Lo hace entrar se sienta en el sofá.
— Matías porque no vas a buscar los juegue para jugar.
— Dale tío —Se va.
— Te debo decir algo que me entere —Algo serio.
— ¿Qué cosa? — Dice preocupado.
— Tu hijo me preguntó si tú y K