CAPÍTULO 23

A la mañana siguiente, me desperté con una sensación de determinación renovada. Sabía que no podía seguir permitiendo que las palabras de Christian me afectaran. Tenía que tomar el control de mi vida y mis emociones.

Después de desayunar, decidí salir a caminar para despejar mi mente. El aire fresco y el sol de la mañana me ayudaron a sentirme más centrada. Mientras caminaba, pensé en lo que Clara me había dicho sobre Marco. Sabía que ella estaba preocupada, y quería ayudarla tanto como ella me había ayudado a mí.

Cuando regresé al departamento, encontré a Clara en la cocina, preparando café. Me acerqué y le di un abrazo.

—Buenos días, Clara. ¿Cómo te sientes hoy?

Clara me devolvió el abrazo y sonrió.

—Buenos días, Alya. Estoy bien, gracias. ¿Y tú?

—Mejor, gracias. He estado pensando en lo que dijiste sobre Marco. Tal vez deberías intentar hablar con él hoy. No tienes que presionarlo, pero podrías hacerle saber que estás ahí para él si necesita hablar —sugerí.

Clara asintió, pensativa
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