C176- SUEÑOS QUE SE HACEN REALIDAD.

En la cocina del castillo, Willow estaba encorvada sobre un tarro de miel de luna, sus manos temblaban, pero seguía metiéndolas una y otra vez, llevándose puñados a la boca. Estaba pegajosa, desordenada y hambrienta de algo que no podía controlar.

Noah entró y la miró como si acabara de ver a un fantasma.

—¿Qué… estás haciendo?

Ella tragó con dificultad, girando hacia él con total normalidad.

—Estoy… alimentando al cachorro.

El beta entrecerró los ojos y sonrió divertido.

—¿Qué cachorro?

Willow se quedó en silencio. Bajó la vista y se llevó la mano a su vientre y cuando levantó la cabeza, sus ojos brillaban.

—…El que tengo adentro ―susurró.

Noah se quedó inmóvil.

Parpadeó una vez, luego otra. Su expresión pasó de la incredulidad al asombro.

Y de golpe, explotó.

—¿Qué? ¡¿Qué?! —gritó, con los ojos tan abiertos que parecía un cachorro confundido—. ¡¿Estás diciendo que estás…?! ¡¿Que vamos a…?!

Willow apenas asintió, porque no tuvo tiempo de decir nada