Es hora de enfrentar tu destino. Capitulo 5

En un momento de descuido, mientras Kloe eliminaba todos los rastros de que en su teléfono estaba toda esta información, George ya no estaba en el jardín, con el corazón acelerado, salió del baño, nadie podía sospechar nada, todo debía estar en orden.

George entró en la habitación, utilizaría el baño, pensando que su esposa estaba haciendo lo mismo que él haría por todo este tiempo que no la había visto. Él pasó directo al inodoro, sin percatarse o simplemente sin darle a importancia a la presencia de su esposa en la habitación.

Desesperada, con la adrenalina en su máxima expresión, Kloe se dirigió a la cocina, necesitaba un vaso con agua, tomar aire fresco, liberar toda la presión que sentía en su cuerpo por lo que acababa de hacer, ya no había marcha atrás, le había dado a la justicia lo que necesitaba para encarcelar a su esposo, al padre de su hijo.

¿Está bien lo que hice?

¿Cómo le diré a mi hijo que su padre pasó el resto de su vida en prisión por mi culpa?

Pensaba Kloe, a quien desde niña, se le culpó de todo lo que le ocurría, su enfermedad, sus gastos excesivos, hasta por su inocencia, por todo, la única culpable era ella y ahora, haciendo lo correcto, desasiéndose del hombre que la ha maltratado y humillado tanto, sentía ese mismo sentimiento de culpa que arrastraba desde que tenía memoria.

—     Lo hice.— le dijo Kloe a Marta, cuando se aseguró de que nadie más estaba cerca de esa área.

—     Gracias.— respondió Marta, dejando más que confundida a Kloe, ¿Por qué me agradece algo que es para mi benefició?

Kloe debía quedarse con esta duda, se oyó un grito desde el jardín, Dasha necesitaba algo con urgencia y Marta dejó a Kloe en la cocina, quien se sentía un poco mejor de liberar algo de su presión interior, pero que ahora sentía mucha curiosidad por saber el motivo de la ama de llaves para agradecerle por esto.

—     Peter, lo tenemos, ya la información está revisada, solo debes presentarla ante el fiscal para obtener una orden de aprensión hoy mismo.— le dijo Tom a su compañero, quien estaba junto a él en esto por más de un año, recogiendo al fin los frutos que muy difícilmente veían.

—     Perfecto, ¿Quieres formar parte de todo el espectáculo?— preguntó Peter, haciendo entender, si Tom quería participar en la captura del sospechoso.

—     Mejor no, tengo algo importante que hacer.— mintió Tom, quien no quería volver a esa mansión, sabía que ya había cometido muchos errores al involucrarse sentimentalmente con Kloe y no quería entorpecer las cosas.

—     Perfecto, te mantendré informado.— se despidió Peter.

—     Lo tenemos tío, ese malnacido no será nuestro próximo gobernador, al fin podremos quitarle la máscara que lleva puesta. — le dijo alegremente Tom a Randal, quien se levantó de su silla para abrazar a su sobrino.

—     Muchas gracias, hijo, estoy orgulloso de ti.— lo felicitó Randal, volteando hacía su hermano, esperando las felicitaciones de este para con su hijo.— ¿Algo qué decir Thomas?

—     Otro caso resuelto hijo y sigues vivo, te felicito, iré por otro trago.— dijo irónicamente Thomas, provocando la molestia de su hijo.

Las horas pasaban, aumentando la angustia de Kloe, quien esperaba que ya su esposo estuviera tras las rejas, pero debía mantener la calma, las cosas no siempre sucedían rápido y el momento de que alejaran a su esposo de ella para siempre llegaría en cualquier momento, solo quedaba seguir esperando.

— M*****a sea.— gritó George desde algún lugar de la casa, pero Kloe lo escuchó perfectamente, saliendo de su habitación, para ver qué era lo que ocurría.

—     Papá, ¿Qué sucede?— preguntó Dasha, llegando al mismo tiempo que su madrastra hasta donde estaba su padre.

—     Algo malo hija, no sé cómo ocurrió, pero alguien de la casa me ha traicionado.— explicó George, quien después de semejante grito, ahora estaba asombrosamente calmado.— la pregunta es, ¿Quién lo hizo? ¿A quien debo matar ahora?— continúo George, quien ahora no mediaba sus palabras, no le importaba que todos escucharan, solo quería vengarse de quien se había atrevido a traicionarlo otra vez.

—     Yo no fui, papá, puedo jurártelo.— saltó Dasha, de inmediato, ella conocía a su padre y sabía que no le importaría de quién se trataba para ajustar cuentas.

—     Por supuesto que tú no fuiste bebé, aunque lamentablemente no estoy seguro de quién pudo haber sido.— decía George, volteando hasta donde estaba parada Kloe, viéndola fijamente.

—     Yo, yo tampoco he sido, ni siquiera salgo de este lugar, ¿Cómo puedes pensar que yo he hecho algo así?— se defendía Kloe de la mirada acusadora de su esposo.

—     Yo no he dicho que tú hayas sido, eres una inútil, igual que toda tu familia.— escupió George, desviando la mirada de su esposa, quien ahora respiraba tranquilamente, era obvio, George sí sospechaba de Kloe, pero sin ninguna prueba, era mejor concentrarse en cómo sobrellevar toda esta situación.

—     Escúchame bebé, estaré ausente, no sé por cuánto tiempo, te dejo a cargo de todo, Martial vendrá mañana, entre ustedes dos deben mantener mi imperio en pie.— le dijo George a su hija, Martial era su hijo mayor, quien tenía más de diez años sin venir a la ciudad, él se encargaba de todo lo que tenía que ver con los negocios de su padre en el exterior.— en cuanto a ti, todo seguirá igual, me perteneces, y si quieres que tus padres vivan de buena manera debes quedarte justo como estás.— se dirigió George esta vez a su esposa, quien observaba todo desde un rincón.

Kloe no dijo nada, sabía que aún sin George en la casa, sería muy difícil huir, pero mientras más lejos él estuviera, no tendría oportunidad de ponerle una mano encima nunca más.

George ojeaba documentos y los clasificaba, si eran muy comprometedores, los tiraba a la chimenea, del resto seguirían guardados en una carpeta, todo esto ante la mirada atenta de Kloe, quien intentó retirarse a su habitación, pero George la detuvo.

—     Papá, ya es hora.— entró al despacho del señor Harper, Dasha, indicándole a su padre que ya el servicio secreto estaba en su propiedad, en vano fueron los esfuerzos de Norman, el fiel ayudante de George, quien hizo hasta lo imposible porque la noticia no se filtrara a los medios, dado que ya habían más de una docena esperando afuera cualquier noticia desde la mansión.

—     Está bien hija.— respondió calmadamente George, acercándose a su hija, quien pensó que su padre le daría un beso, pero este solamente le dijo algo al oído y luego vio a su esposa.— adiós, volveré pronto.

—     Señor Harper, es usted el principal sospechoso del asesinato de su asistente de hace más de diez años, también, está vinculado a lavado de dinero, extorsión, maltrato físico y verbal.— dijo una señorita, leyendo la orden de captura y poniéndole las esposas a George, quien parecía disfrutar de todo esto realmente.

Luego de que George Harper fuera llevado a prisión, Dasha, alejada de toda tristeza se dirigió a todos los trabajadores de la casa, que estaban reunidos alrededor de la escalera principal.

—     Esta noche ha ocurrido algo realmente triste, pero mi padre me ha dejado a cargo de todo y solo quiso decirles de que pronto estará de vuelta con nosotros.— comenzaba a decir Dasha, provocando que el corazón de Kloe se paralizara al imaginarse que su esposo volviera pronto y con toda la información de quien lo había traicionado.— así que, cada quien debe seguir con su trabajo, por hoy estaré a cargo yo, pero a partir de mañana mi hermano Martial lo estará.— finalizó Dasha, dándose media vuelta para retirarse a su habitación.

Sin más remedio, Kloe se retiró a su habitación, algo le decía que se había equivocado, su esposo era una persona muy poderosa e influyente y sería muy difícil que la justicia lo tuviera retenido por mucho tiempo.

—     No puedes entrar sin tocar, esta es mi habitación.— le dijo Kloe a Dasha, quien entró en la alcoba principal como si nada.

—     No por mucho, mi padre cree que has sido tú quien lo traicionó, así que, si tienes pensado escapar, déjame decirte que estás equivocada, a partir de hoy se dispondrá de un equipo de seguridad que te vigilará, por lo menos hasta que des a luz a mi hermano, después ya veremos que hacer contigo.— amenazó Dasha, dejando aún más nerviosa a Kloe, ahora estaría presa en la mansión, sin opción a nada más.

 

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