Nunca se había sentido una noche tan vacía como la de ahora, no hace frío, pero tampoco calor. No hay nubes; sin embargo, la luna ni las estrellas muestran su brillo. No hay indicios de lluvia, aun así, se siente que una corriente de agua se lleva el alma de un hombre que acaba de revivir su pasado y esta vez le golpea más duro que nunca. Un hijo, Demitrius iba a hacer padre doce años atrás y ni siquiera quien le iba a dar esa bendición se enteró, al menos eso quiere creer, porque le rompería el corazón, saber que ella sí lo supo, y de todas formas decidió no vivir.
—Sabía que te íbamos a encontrar aquí.
Habla Andreus sentándose en la mesa de un viejo bar adonde ellos suelen ir cuando quiere sentirse una persona común y corriente. También se encuentra Alexander, quien se mostraba preocupado por su amigo después de la reunión en la mañana.
Demitrius sintió que tenía que salir corriendo, debía escaparse por unas cuantas horas de su realidad. Fue doloroso para él ver la cara de Ann c