Lo primero que registré al comenzar a volver a la conciencia fue un dolor de cabeza absurdo, como si alguien estuviera martillando repetidamente dentro de mi cráneo. Luego vino el mareo: una sensación nauseabunda de que el mundo estaba girando en círculos lentos e irregulares, acompañada de unas ganas desesperantes de vomitar que se intensificaban con cada pequeño movimiento que intentaba hacer.
Traté de orientarme, parpadeando varias veces para intentar enfocar la visión que parecía borrosa en los bordes. ¿Dónde estaba? El último recuerdo claro que tenía era de estar en la fiesta del Hotel Milani, conversando con Tori, sintiéndome progresivamente mal... ¿y luego? Nada. Un vacío completo en la memoria que me asustaba tanto como mi condición física actual.
Miré alrededor lentamente, cada movimiento de la cabeza enviando olas de dolor a tra