~ CHRISTIAN ~
El regreso al comedor fue un ejercicio de autocontrol que me costó cada fibra de fuerza que poseía. Zoey permaneció a mi lado, su mano entrelazada firmemente en la mía, transmitiendo una fuerza silenciosa que desesperadamente necesitaba en ese momento. Logré forzar una sonrisa cuando todas las miradas curiosas se volvieron hacia nosotros.
"¿Todo bien?", preguntó mi madre, sus cejas fruncidas en una expresión de preocupación maternal que rara vez demostraba.
"Perfectamente", respondí, jalando la silla para Zoey con cortesía automática. "Zoey solo olvidó tomar la medicina para el dolor de cabeza".
La mentira salió naturalmente, fluyendo como si fuera verdad. Era impresionante cómo años de reuniones corporativas y negociaciones tensas me habían enseñado a esconder cualquier emoción detrás de una máscara de cordialidad profesional.
Giuseppe estaba sentado a la cabecera de la mesa, sus ojos brillando con esa alegría genuina que siempre demostraba cuando toda la familia estaba