La tensión en el ambiente era casi palpable. Ellis estaba abrazada a Donna, una sensación de desesperación mezclada con determinación en su corazón. Sus ojos estaban fijos en Rocco, ese hombre que un día personificó la lealtad a Vittorio, ahora estaba allí, como un traidor.
Ella no podía creer lo que veían sus ojos. La traición de Rocco fue un golpe doloroso para todos, pero necesitaba entender por qué lo había hecho. Con una voz temblorosa, Ellis rompió el tenso silencio.
“Rocco…” su voz salió como un susurro, “¿Por qué hiciste esto?”
Rocco, con su mirada gélida, se giró para enfrentar a Ellis. Sus ojos eran una mezcla de determinación y desesperación. Ya no era el hombre que Ellis conocía, aquel dispuesto a dar la vida por Vittorio.
“Hice lo que necesitaba ser hecho