Punto de vista de NIREYA
La cabaña apareció entre los árboles como algo inexistente.
La madera oscura parecía absorber la luz en lugar de reflejarla, y el humo salía en espirales de la chimenea.
Odiaba el aspecto que tenía todo allí, pero ¿qué podía hacer? No podía volver corriendo.
Cada paso hacia ella me aceleraba el corazón y la marca de mi cuello latía con un calor inexplicable.
"Valen", susurré, deteniéndome a pocos metros de la puerta.
Su mano me tocó la espalda al instante, estabilizándome.
"Estoy aquí. Estás a salvo".
"¿De verdad?" Lo miré, y odié lo débil que sonaba mi voz. "¿Y si ella…?"
"Entonces la mataré". Su voz era monótona. "Así de simple. Nunca te lo había dicho".
La puerta se abrió de golpe antes de que pudiera responder, y una mujer apareció en el umbral como si hubiera estado esperando ese momento preciso. No era lo que esperaba. No era vieja, ni encorvada, ni vestida con una especie de túnica vieja.
Parecía tener unos cuarenta años, con el pelo largo y oscuro con