Sofía no tuvo oportunidad alguna de defenderse. Su cara quedó completamente roja por los fuertes golpes y empezó a gritar. Nunca había sufrido una humillación así y estaba totalmente furiosa.
Lucía dijo con desprecio:
—¡Si no te golpeo, no aprenderás cómo sobrevivir en el Grupo Rodríguez!
—¡Lucía, no tienes derecho a golpear a mi gente! —gritó alguien.
El alboroto atrajo de inmediato a muchos curiosos. Cuando Penny se enteró, corrió hacia allí y vio a su subordinada siendo golpeada con ferocidad por Lucía. Con los ojos muy abiertos, las separó. Que Lucía golpeara a una de sus personas era como un desafío directo.
Sofía, al ver llegar en ese momento el refuerzo, comenzó a llorar:
—¡Penny!
Corrió hacia Penny cubriéndose la cara:
—¡Me pegó, es demasiado!
Penny puso a Sofía detrás de ella y gritó muy furiosa:
—¡Te has vuelto loca! Cada vez más arrogante, ¿crees que el Grupo Rodríguez es tu casa y todos deben obedecerte? ¡Golpear a la gente, ni siquiera me respetas!
Lucía, sintiendo un