CAPITULO 19
Susan llega a casa sintiendo paz, Mauricio la toma de la mano, no la deja un solo segundo para que ella sienta la seguridad de su presencia.
— Gracias por sálvarme — Susan abraza en agradecimiento a Italo, al que Mauricio presenta como su mejor amigo.
Italo no la quiere soltar, su olor a chocolate es un vicio que lo envuelve en su propia locura.
Susan coloca las manos en su pecho y se aleja un poco de el, mientras sonríe fingiendo que aquello no le pareció incómodo.
Italo se acerca a Mauricio que le da un fuerte apretón de manos y un abrazo varonil.
— Me imagino que partiras como siempre lo haces.
Mauricio sabe que Italo es un lobo trotamundos, a pesar de ser su beta nunca se quedó a su lado, solo está allí cuando más lo necesita
Italo siempre había descrito la vida en manada como una prisión social y el bosque su verdadera libertad.
— No, quiero quedarme en la manada, quiero un sitio que pueda llamar mío — Italo abre los ojos viendo a Susan, ella es su motivo, quiere cuid