En medio de sollozos, llanto descontrolado y jipíos, Theo se dejó caer en el piso frío de la sala. Desconsoladamente se entregó a sus lamentos. Lloró hasta que se quedó dormido con las luces apagadas, la ropa puesta y un clima impávido.
A esos de las 3:17 a.m. despierta como si un camión le hubiese pasado por encima. Estaba dolorido. Sentía su cuerpo entumecido y la cara hinchada. Se levanta sin coordinación del suelo, camina hasta su cuarto para lanzarse a la cama donde se echa un rato sin lograr conseguir dormir. Todo porque los pensamientos vehementes lo invadieron.
No sabía por qué tenía sus emociones tan descontroladas, simplemente se había entregado a ese estado de crisis, en el que de un momento a otro se vio involucrado. Revisó su celular, lo que le hizo saber que Anastasia le había abarrotado el buzón de voz. Sin embargo, no tenía ni se