Buscando al padre de mi hijo
Buscando al padre de mi hijo
Por: M. Díaz
Cap. 1:  Beso apasionado

Capítulo 1

Cap. 1: Beso apasionado

Lara abre sus ojos y se inclina en la cama, entonces le llegan todos los recuerdos de lo que vivido el día anterior, su matrimonio y  la maravillosa noche de bodas que compartió con su esposo Ritter Wolf, el hombre que logró conquistar su corazón de manera instantánea al verlo.

Aún el olor a pasión está en su piel, latente en toda ella. Hoy día, ni ella misma se podría explicar como había sucedido todo.

Se reclinó en la cama y acarició su vientre.

«Hijo, Dios me ha elegido para que sea tu madre, y también lo eligió a él para que sea tu padre, es todo lo que soñé, por las circunstancias que sean, estamos unidos los tres»

Se levantó apresurada y entró al baño, aún no sabía si habría luna de miel, su marido estaba tan ocupado con las clínicas. Se miró al espejo, su pelo alborotado y sus labios hinchados, los rozó con sus delos y lo primero que llegó a su mente fue ese beso apasionado con el que Ritter la sorprendió apenas entraron a la habitación. La tomó en sus brazos con tanto deseo y ardor, lo que vino después aún sigue siendo como una ensoñación en su memoria. Hoy, a pesar de que estaba adolorida, ella se siente feliz y animada.

—Repentinamente oyó un golpe fuerte en la puerta y una  algarabía en la sala. Comenzó a bajar las escaleras y vio a Ritter tomar a la mujer de la mano y caminar a toda prisa por el pasillo, arrugo el ceño y apretó los ojos… La puerta de el estudio se cerró con la misma fuerza que la principal y entonces se comenzaron a oír fuertes voces de una mujer que gritaba.

—¿Cómo  es eso que tienes aquí a tu esposa? ¿Qué mierd4 me quieres decir con eso?

—Erika, por favor tranquilízate ya, déjame explicarte lo que sucedió —Lara se detuvo, la voz grave de su marido se oyó diferente, algo de condescendencia notó en ella. 

—¿Qué me vas a explicar?  ¿Quién es la zorra que vino a metérsete entre las sábanas?

«¿Por qué le habla así? Suena a mujer celosa… ¿Oh es una ex?», se dio la vuelta y emprendió retirada «Mejor me alejo de ese peo», pero… Vuelve a oír a su marido dando explicaciones:

—Tienes que entenderlo, me obligaron a casarme con ella, tuve que hacerlo porque… —Ritter se detiene y después de unos segundos de vacilación continúa lentamente—:… Ella está embarazada y el hijo que espera es mío. 

Lara, en un corto curso a sólo horas de emprender el vuelo a Alemania había aprendido “algo” del idioma alemán para defenderse al llegar allí. Ritter habló pausado, así que Lara quedó clara en lo que oyó…

«¿Qué se casó conmigo sólo porque estoy embarazada? ¿Qué lo obligaron? ¿Por qué dijo eso?»

—¿Embarazada? —Gritó la mujer—. ¿Hijo tuyo? ¡Jajaja, Claro! Ya me lo imaginaba. Esa desgraciada te abrió las piernas enseguida buscando que tuvieras sexo con ella y así meterte ese gato que ya traía en su mochila, es una m*****a put4, unas caza fortuna.

Al oír todas esas ofensas a ella, Lara tomó la manilla de la puerta, pero oyó a Ritter:

—Erika,  te repito, ella no es responsable de nada. Yo puse la cara, no tuve otra opción, ya me case, ya lo de nosotros  dalo por terminado.

—¿Me terminas? ¿ME TERMINAS POR ESA PERRA? ¿Tiras dos años de relación por una calentura que ella te provocó para que le mantengas a su bastardo. Te enredó Ritter, acéptalo, sólo quiere tu  dinero, tu prestigio y tener roce social en este país.

—Por favor, ya no sigamos en esto, no cambiará nada esta discusión.

—Claro que sí, Rit. Olvidaré esta falta, yo te perdono, no quiero dejarte con esa zorra, divórciate, esperaré por eso y nos casamos.

—¡Basta! —Vaciló un instante y con voz queda agregó: —. Para mí tampoco es fácil terminar nuestra relación, de hecho me duele, yo aún te quiero…

En ese momento la mujer se apretó al cuerpo de Ritter y pegó sus labios a los de él. El hombre reculó, pero ya la alemana se había enrollado en su cuello y lo besaba intensamente, se dejó llevar y la apretó contra sí.

Lara estaba tiesa oyendo las palabras de su marido.

«¿La quiere? Sí, definitivamente la ama a ella, su voz y sus palabras dicen que está dolido por dejarla para casarse conmigo… ¿Pero por qué lo hizo?», Lara sintió su corazón oprimirse, sus parpados bajaron y sólo hubo tristeza en todo su ser.

Todos los recuerdos de días atrás rodaron al piso, todo lo vivido la noche anterior era sólo una farsa por parte de aquél hombre. Pero ¿Qué coño era eso  que había pasado? ¿Para qué la engañó y casó con ella? ¿Por qué le fingió todo ese amor en días anteriores? ¿Qué quiso decir con “Fui obligado a casarme con ella”? Nadie le dijo que lo hiciera, fue él quien le pidió matrimonio y puso un anillo en su dedo.

En ese momento Lara no pudo contenerse más y empujando la puerta entró para encontrarse…

 A una mujer alta, casi a ras con Ritter, de espaldas a la puerta, enlazaba el cuello de él y acariciando su nuca mientras se besaban.

—¡Ritter! —Lara logró soltar un débil chillido. La mujer  fue apartada por el hombre lentamente, mientras sus ojos no se apartaban de los de de Lara. Ella frunció el ceño, él con mirada fría cerró el rostro. Hermético, oscuro.

Un sollozo ahogado nubló los ojos de Lara, se dio la vuelta para salir de allí, pero aquella mujer se movió rápido y la tomó de su larga y castaña cabellera...

—¡Suéltame! —Chilló Lara con los ojos enrojecidos y las mejillas calientes.

—¡¿Es ella verdad?! —La rubia se volvió a Ritter, quien con la mandíbula apretada las miraba.

—¡Suéltala! —le ordenó, —. Ella es… —sin terminar de hablar y volviéndose a Lara con los ojos achicados le dijo:

—¿Qué haces aquí? Debiste esperarme en la habitación.

La mujer la soltó cuando Ritter la jaló hacia él. Lara frunció el ceño:

«¿Por qué me habla de esa forma? ¿Por ella?  ¿Por esa mujer?»

—No era mi intención irrumpir —Aclaró Lara, esforzándose para que la entendieran —pero tampoco puedo permitir que esta mujer me insulte, ella no me conoce, ni siquiera tiene la más mínima idea de lo que hay entre nosotros.

Erika enardecida se abalanzó sobre ella.

—¿Qué puede haber entre una regalada y un hombre decente? ¡Sexo! Sólo eso, y tú  de ofrecida se lo diste fácil. Eres una regalada. ¡Una cualquiera! Sólo una put4, podría recrear esa vieja treta  y rogar matrimonio por dignidad robada… Estoy segura de que se gato es importado desde dónde vienes ¡Maldita zorra!

Lara sacó su orgullo y su ira en una perfecto y bien pronunciado alemán para expresarse groseramente.

—¡Zorra tu madre, m*****a desgraciada! —entonces un sonoro golpe se oyó en el recinto.

 —¡Paff!— La grosera alemana la abofeteó.

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