Recogieron su ropa y se fueron a la suite de Sebasthian, caminando descalzos por los pasillos, se ducharon ayudándose uno al otro, hicieron el amor con ternura, entrega y hasta risas, después de un rato Sebasthian observó a voluntad el tatuaje y la besó allí.
—Yo también me haré uno en el mismo sitio, dirá Mi Valkiria.
—Sebasthian, no podemos hacerlo público.
—Ya vas a empezar de nuevo.
—Sí ya voy a empezar de nuevo, yo no he cambiado, sigo siendo la misma, y tengo sueño.
—No voy a pelear contigo, vamos a dormir, solo una cosa, dime que me amas.
—Te odio, duérmete.
Sebasthian se echó a reír, se estiró para apagar la luz de la habitación y se acostó, Brenda lo esperó y cuando estuvo acomodado se acostó en su pecho y lo mordió en los abdominales oblicuos, donde siempre, su lugar, en donde él haría un tatuaje si ella se lo permitiera.<