—Buenas noches…
Brenda llegó al Välsmakande Caracas, cuando Elena la vio, corrió hacia ella dando un grito de alegría, pronto vio a todas partes, debía comportarse.
—No me dijiste que llegarías hoy.
—Querida hermana mayor, parece que se ha vuelto costumbre no contarnos las cosas.
—Brenda ¿Cómo lo sabes?
—Vamos a tu oficina para que conversemos mejor.
Ya en la oficina y a salvo de ser escuchadas, Elena comenzó a disculparse, jugando con su cabello, como hacía cuando algo le avergonzaba.
—Perdón Brenda, sí te lo iba a decir, pero cuando llegaras, no quería hacerte sentir mal.
—Eres una tonta, yo no soy de cristal, además me encanta, este niño será mi primer sobrino, mi ahijado y mi consentido, yo no puedo sentirme mal, este bebé será el más consentido de la historia.
—Cuéntame ¿Cómo te fue con S