—Dime preciosa, que tienes debajo de esa bata tan peculiar.
—Solo mi biquini.
—El mejor atuendo para celebrar.
Sebasthian la sentó sobre sus piernas y la besó apasionadamente, se retiró solo para sacarle la bata por la cabeza y continuo besándola, paso el pulgar por el pezón de Brenda endureciéndolo con el contacto, Brenda puso las manos en la cara de Sebasthian pinchándose con la corta barba y se elevó empujándolo a sus pechos, Sebasthian los besó, los chupó, mordió y acarició con la lengua, Sebasthian rozó el satín blanco del biquini haciéndola temblar y gemir, Sebasthian retiró la mano, la miró intensamente y metió las manos en su cabello y volvió a besarla, pero esta vez con más necesidad, que importaba respirar, en la boca de Brenda estaba todo lo que lo mantenía vivo. Brenda lo abrazó por el cuello y se removió en la dura hombría de Sebasthian que gruño y se levantó con ella alrededor de sus caderas y la fro