Blanca se quedó atónita unos segundos antes de responder con una mueca: —¡Es falso, por qué tendría que comerme eso!
Fabiola respondió: —Parece que estás decidida a no creer hasta no ver. No importa, tengo tiempo ahora, vamos…
Diciendo esto, Fabiola tomó las llaves del auto y caminó hacia el elevador.
Blanca miró confundida a Claudia.
Claudia tampoco tenía idea de qué estaba planeando Fabiola.
Sin embargo, Claudia le hizo una señal para que siguiera a Fabiola y averiguara.
Blanca no tuvo más opción que seguir a Fabiola.
A unos pasos de distancia, Fabiola vio que Natalia seguía en su lugar y le dijo: —Natalia, ven también, sé testigo.
Natalia, nerviosa pero decidida, siguió a Fabiola.
Mirando la cara lateral ventosa de Fabiola, el corazón de Natalia ya se le había subido a la garganta.
Aunque no sabía mucho sobre autos de lujo, era consciente de que un 911 era un modelo clásico de Porsche y no cualquiera podía poseerlo.
Pero mirar a Fabiola con tanta calma le hizo creer que sí tenía 911