En estos días, Fabiola había terminado con los asuntos de la familia Salinas y finalmente tenía tiempo libre.
Sin nada que hacer, recibió una llamada de Patricia.
—Cariño, mañana tengo día libre, ¿vamos juntas a elegir el vestido de novia?
Patricia estaba incluso más emocionada que ella por la idea de comprar un vestido de novia.
Fabiola sonrió ligeramente: —Claro.
—Vas a ir a Marruecos a tomar fotos, ¿verdad? Escuché que allí siempre está nevando, ¿quizás deberías preparar equipo de esquí?
Fabiola estaba insegura: —Probablemente no tendré tanto tiempo.
Al escuchar esto, Patricia se mostró un poco decepcionada: —Pero realmente me gustaría ir a tomar fotos contigo.
Fabiola bromeó: —¿Quieres ir?
—Sí.
—Entonces deberías hacer que Alejandro pase su período de prueba.
Patricia hizo un gesto de desdén: —Ya no te hablo más, he descubierto que ahora solo te preocupas por él.
Fabiola sonrió y colgó el teléfono para volver a casa después del trabajo.
Ese día, Benedicto llegó temprano a casa y ha