Y a ti Yvonne

De repente sentí que a mis treinta años conocía muy poco a las mujeres. Sus mejillas se coloreaban cada vez que defendía alguna de sus posiciones en la vida, sus cejas las subía y eran muy pobladas aunque bien arqueadas. Por otro lado todas mis hipótesis de cómo tratarla o como la habían tratado en el pasado se fueron al caño, era una señorita de treinta años, en mi lengua una niña vieja. En el llano a esa edad ya una mujer llevaba un largo kilometraje.

Sentía tanta curiosidad que la miraba toda y seguido. Ella no sabía que quería hasta que me vio, estoy seguro, y yo a ella no sabía que quería que me mirara desde abajo sí no hasta que la tuve cerca, la olí, vi su piel o cuando llenó mi soledad.

Por fin se calló y yo no quise alborotar su lengua por temor a que recordara el tema de la novia, o sea, tener que hablarle de Ayari

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo