Capítulo 39.
Chase.
Una hora después de estar aquí arriba los lobos se encontraban lo suficientemente a salvo como para comenzar a quejarse.
¿De qué? Sobre cualquier cosa, literalmente.
Tenían frío, tenían calor, querían un baño... y no precisamente una regadera, sino un sanitario.
La mayoría de los problemas podían ser solucionados por el Alfa Noa, pero no todos. En algún punto cercano tendría que enviar a lobos abajo a buscar pañales, por ejemplo.
-Ya me he quedado más tiempo del que debería en este lugar. - Dijo el Halcón después de intentar, sin éxito, entender el origen del árbol en el que estábamos. Creo que comenzó a alucinar cuando le hablé del árbol de cerezos en la manada del Norte.
-Gracias por cargar a mis hermanos. - Dije tomando a los bebés que necesitaban un cambio con urgencia. Una de las lobas que había tenido un bebé recientemente se había compadecido de los pequeños y me había dado algunos de su reserva. -¿Regresarás?
Alfa Noa en ese momento estiró una rama y formó una manzana d