Capítulo 118.
Mikael.
Me arrojé hacia la derecha para evitar sus garras.
No fue mi habilidad, sino la tierra mojada la que me salvó en ese momento cuando patiné y pude salir de su alcance.
Rápidamente me levanté para enfrentarlo.
Mi mente iba a toda velocidad. Ishaelle debió de haber escuchado mi llamado, quizá llegaría aquí en unos diez minutos.
Sobrevivir diez minutos sería complicado.
Volví a esquivar sus garras escabulléndome entre sus patas. Le rugí con desafío mientras él se levantaba en dos patas.
Esa nueva posición reveló algunas heridas interesantes en su abdomen. ¿Cómo es que podía seguir atacando con tanta ferocidad cuando se estaba desangrando?
Aproveché que lanzó un nuevo ataque que lo hizo caer sobre sus cuatro patas para deslizarme por debajo de él.
Esta maniobra hizo que esta vez las garras del Traidor si me alcanzaran, pero aparté el dolor de mi mente y me concentré en convertirme en humano para tomar el cuchillo que aún conservaba en la cinturilla de mis pantalones.
Lo clavé con to