Kyle entró a la residencia de Brad y Alyssa sin miramientos.
Cuatro de sus hombres, armados, altos y fornidos, lo siguieron por detrás, suponiendo una amenaza silenciosa pero inminente.
Brad se apresuró a retroceder unos cuantos pasos.
“¡¿Dónde está tu esposa buena para nada?!”, cuestionó Kyle alzando la voz. Sus ojos se entrecerraron mientras decía: “¿Ella quiere problemas? ¡Pues problemas es lo que tendrá!”.
“¡Alyssa!”. Brad cerró el puño. “¿Qué mierda hiciste?”.
Brad no podía creer que estaba cara a cara de nuevo con ese hombre. Kyle estaba echando humo y su nariz ensanchada de rabia.
“¿Por qué gritas, Brad?”. Alyssa llegó al pasillo y, en un instante, se quedó perpleja al ver a Kyle. “K… K…”.
Kyle apuntó con un dedo a Alyssa y gritó: “¡Tú! Te lo advertimos, pero supongo que eres demasiado tonta para entenderlo… ¡Eres tan estúpida que tiras una piedra al suelo y fallas! ¡Así como fallaste en tomarte en serio todas nuestras amenazas!”.
Se acercó rápidamente y estaba a un me