ARIEL
El haber regresado con Preppy a lo que suele ser aparentemente a la normalidad, me deja un sabor amargo en la boca, y me recuerda lo doloroso y delicioso que es estar entre sus brazos. Han pasado dos días desde que salimos del hospital, no se ha despegado de mí en un solo momento, pero lo noto alterado, serio, pensativo, sé que está en busca de Purgatorio, pero es como si le sucediera algo más.
—Qué sucede —inquiero con voz débil.
Observando como arrulla entre sus brazos a Vaitiare. Su mirada se ancl