ARIEL
Siento que el aire me sofoca, que los pulmones se me colapsan y solo siento el imperioso deseo de matar a quien me ha lastimado, hace más de una hora que Preparar, Enzo, Barclay y quien se hace llamar mi progenitor, se encerraron en la oficina del marido de Lea, no nos han dicho nada y la preocupación no solo me acribilla a mí.
—Odio que nos tomen como idiotas —menciona Lea, quien observa con detalle a Ema, jugando y quemando sus muñecas en compañía de su nana.