ARIEL
No sé si reírme o regresar a la muerte, lo que brota de la garganta de Preppy simplemente es algo irreal, ¿casarme con él? No, jamás, no es una opción, verlo me hace recordar a los malditos que me violaron, por esa razón aparto la mirada y decido clavarla en un punto fijo del suelo. Siento sus ojos encima de mi, y me remuevo incómoda. Su respiración es acelerada y su pecho sube y baja, su manzana de Adán se mueve y su cuerpo se tensa.
—Te amo —dice y no siento nada, no quiero sentir nada por él.
—¿Esa es tu manera de pedirle matrimonio a una mujer? —enarco una ceja con incredulidad—. Porque apestas.
Ladea una sonrisa de media luna, intenta parecer divertido, pero sus ojos se convierten en dos dag