Al otro día me despierto algo confundida. Ni bien terminé de cenar me quedé completamente dormida y, al despertar, pensé que tendría a Alex al lado, pero solo encuentro a mi gatito.
No tengo ni la menor idea de qué voy a hacer ahora. Sin un lugar donde vivir ni un trabajo en el que pueda comenzar a ahorrar, creo que estoy cayendo bajo.
Me siento libre por dejar a Alex, aunque en mi interior no era lo que quería, pero sabía que era lo mejor… al menos, hasta que se dé cuenta de lo mal que se comportó y trate de venir a darme unas buenas disculpas, algo que dudo mucho que pase.
La única opción que tengo ahora es: llorar o salir a buscar trabajo. Y me quedo con la segunda, no tengo tiempo para andar derramando lágrimas.
Entro a una página de búsqueda de empleo por distancia, y hay una que dice 0.1 kilómetros, dándome cuenta de que en este mismo hotel están buscando gente que atienda en la cocina. Ni loca voy a trabajar para Alex, así que sigo buscando, hasta que recuerdo que la bruja