Maxine.
Entro en una de las muchas tiendas del centro comercial y veo una blusa que es de todo mi gusto, es color uva fuerte, tiene un escote en pico y es completamente ajustada.
-Esa te iría bien – me alienta Tara.
-¿Y para que voy a compararla? Mi novio ni siquiera voltea a mirarme y Trevor, ¡Agh! Trevor es un dolor en el culo – suelto un bufido.
-Nena, si no tienes un hombre a quien presumirle tu nueva blusa, pues la compras y te consigues a uno, eso es todo – ella le pide a la dependienta que nos traiga la blusa, yo ni siquiera me la pruebo, estoy segura de cual es mi talla.
Simplemente pago por la blusa y salgo de la tienda con Tara, aunque en realidad lo hago mas por callarle la boca que por otra cosa.
-¿Y entonces que vas a hacer? – me pregunta Tara.
-No lo sé – veo una silla en una cafetería en el centro comercial y me siento en ella, esto