CAPÍTULO 48
Salgo de mis pensamientos y asiento la cabeza. Me dirijo hacia el taburete. Me siento allí. Liam se sienta en el otro, a mi lado, luego acerca mi taburete hacia él, para poder aplicar la pomada fácilmente. Saca la pomada de la caja y luego sopla sobre la parte quemada de mi dedo, suspirando.
—Ya no entras en la cocina.
—¿Quién diablos te pidió que cocines algo ? Las mujeres de la limpieza están allí para algo.
—Es mi culpa, debí haberte impedido desde el primer día ir a la cocina.
—¿Por qué eres así, Bella ?
Me regaña como a una niña de cinco años y, como una niña obediente, escucho todas sus reprimendas. Pero hay algo diferente, me callo no porque obedezca, sino porque estoy sorprendida.
Esto definitivamente es un sueño.
¿Está drogado ?
Debe ser algo muy fuerte. Por eso está tan amable. Nunca ha estado tan atento antes.
¿Lo crees ?
Sí. Me gusta mucho esta droga, sin embargo. Pero las drogas no son buenas, debería pedirle que deje de tomarlas.
—¿Estás loco ? No hablaba en