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CAPÍTULO 48

Salgo de mis pensamientos y asiento la cabeza. Me dirijo hacia el taburete. Me siento allí. Liam se sienta en el otro, a mi lado, luego acerca mi taburete hacia él, para poder aplicar la pomada fácilmente. Saca la pomada de la caja y luego sopla sobre la parte quemada de mi dedo, suspirando.

—Ya no entras en la cocina.

—¿Quién diablos te pidió que cocines algo ? Las mujeres de la limpieza están allí para algo.

—Es mi culpa, debí haberte impedido desde el primer día ir a la cocina.

—¿Por qué eres así, Bella ?

Me regaña como a una niña de cinco años y, como una niña obediente, escucho todas sus reprimendas. Pero hay algo diferente, me callo no porque obedezca, sino porque estoy sorprendida.

Esto definitivamente es un sueño.

¿Está drogado ?

Debe ser algo muy fuerte. Por eso está tan amable. Nunca ha estado tan atento antes.

¿Lo crees ?

Sí. Me gusta mucho esta droga, sin embargo. Pero las drogas no son buenas, debería pedirle que deje de tomarlas.

—¿Estás loco ? No hablaba en serio.

Pero yo sí. Está definitivamente muy fuerte.

—Liam, las drogas no son buenas para la salud —le digo.

Liam me mira, moviendo su atención de mi dedo a mi cara. Frunce el ceño.

—¿Qué ? ¿Droga ?

—Lo sé, Liam. No tienes que esconderlo.

—¿Lo sabes ? ¿Qué tengo que esconder ? ¿Qué dices, Bella ?

—Liam, tienes un niño de cinco años, no puedes simplemente drogarte. ¿Has pensado en Ryan ? ¿Qué hará mi pobre bebé si le pasa algo a su padre ? Entonces, para, las medicinas no son buenas para la salud.

Liam suspira y niega con la cabeza.

—Eh… Bella, ¿te has golpeado la cabeza contra la pared o caído de las escaleras ?

Lo miro confundida.

—¿Qué ? No.

—Entonces, para con esas conversaciones absurdas. Ya terminé de aplicar la pomada, se va a curar.

Lo miro fijamente. Luego me levanto y estoy a punto de regresar a mis cupcakes cuando Liam me agarra de la mano. Me doy la vuelta.

—¿A dónde vas ? —pregunta Liam.

—Eh… a hacer los cupcakes —respondo.

—No. No vas.

—¿Pero por qué ?

—La razón está bastante clara, creo.

—Seré cuidadosa.

—Bella, dije no.

—Liam.

—No.

—Pero Ryan quiere los cupcakes y además, ya casi están listos. Solo necesito hacer el glaseado. Eso es todo.

Liam suspira. Luego se levanta del taburete y dice :

—Voy a ayudarte.

—No, Liam, yo puedo.

—Bella —me avisa.

Cierro la boca y asiento.

Liam viene conmigo donde están los cupcakes. Cojo la crema para hacer el glaseado, pero Liam me la arrebata y me dice :

—Yo lo haré, tú solo pon las chispas encima.

—Pero Liam, yo—

—Bella.

Cruzo los brazos sobre mi pecho y digo :

—Está bien.

20 MINUTOS MÁS TARDE…

—A Liam no le gusta esto.

—Lo intento.

—No eres capaz de hacerlo correctamente. Déjame hacerlo.

—No. Yo lo voy a hacer —dice Liam y vuelve a concentrarse en lo que está haciendo.

10 MINUTOS MÁS TARDE…

—Liam, esto es. Para de actuar como un niño y dámelo.

—No. Dije que lo haría.

—Liam, basta ya, dámelo.

—No.

—Liam, déjà de ser terco, no eres un niño.

—Bella, eres terco.

¡Puajh !

Sostengo el tubo con el que está glaseando e intento quitárselo.

—Liam, dámelo.

—No, Bella, déjalo.

—¿Por qué no entiendes, Liam ? Ya has desperdiciado 3 cupcakes solo al intentarlo.

—Déjalo y déjame concentrarme.

—No lo devuelvas.

—No. Dije déjalo, Bella.

—¡Te vas, Liam !

Intentamos quitarnos el tubo de crema entre los dos. Ni yo ni Liam soltamos el tubo. Al agitarlo, no me doy cuenta de que la abertura está del lado de Liam y, al agitarlo, una cierta cantidad de crema cae accidentalmente sobre la camisa blanca de Liam.

¿Cierta cantidad ?

Bueno, la mitad de la crema que había en el tubo.

Mis ojos se abren como platos, Liam déjà de moverse cuando se da cuenta de que su camisa está toda cubierta de crema.

—¡SANTA VACA ! —grito, asustada como nunca.

No me va a perdonar por esto. Toda la dulzura desaparece, todo el cuidado se va al instante.

—Lo siento. Lo siento. Lo siento. Voy a limpiarlo —intento limpiarlo con mi mano, lo que hace que la crema se extienda aún más sobre su camisa. Su camisa blanca ahora está parcialmente marrón.

Mirando el desastre que acabo de causar, respiro entrecortada de miedo, tapándome la boca con la mano. Liam cierra los ojos, su mandíbula se tensa. Se ve realmente enfadado.

El paraíso, allá voy.

—¿Qué diablos, Bella ? —grita Liam. Cierro los ojos…

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