Un despertar agradable.
Máximo salió de mi clóset carcajeandose, yo trataba de que bajara la voz pero su risa era contagiosa y no creía que ellos escucharan bajo la fuerte lluvia nuestra risa.
-Sentí que me estaba muriendo en ese clóset-no paraba de reírse.
-y yo sentía que me cagaba-mierda no debi decir eso, porque el me mira por unos segundos y vuelve a reírse.
Nunca había visto a Máximo reír de tal manera hasta el día de hoy, su blanca dentadura y su carcajada era ronca y sexy, no pude dejar de verle hasta que el dijo.
-Te gusta lo que ves, ¡eh!.
Sentí como mis mejillas ardían-p-pues no estas nada mal-me encojo de hombros para disimular.
Abre los ojos-mentirosa-camina hacia mi lentamente-¿podemos continuar lo que fue interrumpido?.
Antes de que pudiera decir alguna palabra sus labios tocan los míos,