La morena hizo silencio como si de la nada le hubiesen arrancado la lengua.
— ¿Sigues ahí?
—Sí, aquí estoy, pero... ¿Escuché bien? —su voz tenía una muy extraña mezcla entre confusión y un ápice de alegría.
—Sí —llevé una mano a mi frente—. Clover esto no puede pasar, no puede gustarme.
Un grito de emoción de parte de mi amiga hizo que alejara el teléfono de mi oído.
— ¡Te gusta Kade! —gritó como si le acabaran de decir que volvió One Direction.
—No me gusta —dije casi de inmediato, pero luego suspiré con frustración una vez más y miré el techo—. Bueno sí, pero solo un poquito.
—Estoy feliz por ti —dejó saber—. Que te guste alguien no es malo.