— ¿Tu mamá logró salir de las drogas?
Sonrió y bajó la cabeza para ver sus manos.
No voy a mentir, era una sonrisa muy linda. Como una sonrisa Colgate.
—La puse a elegir entre las drogas y yo —dijo sin levantar la cabeza, pero aún con la sonrisa.
— ¿Y? —añadí, insistente.
—Me eligió a mí.
No sé por qué, pero tuve una chispa de emoción dentro de mí.
—Después de eso, comencé a estudiar duro para ganarme una beca. La obtuve luego de presentar la prueba de admisión a la universidad y logré empezar lo que tanto ansiaban mis padres para mí —podía ver la tristeza y un ápice de emoción en sus ojos—. Pero al vivir con mi soledad, comencé a necesitar dinero ya que la universidad no me dejaba suficiente tiempo para buscar un tr